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(¡Tal como lo explicamos en el local!)
Primero, lavamos el arroz hasta que el agua quede cristalina. Tres veces más o menos. Esto es clave porque el arroz de sushi no se cuela, así que queremos sacarle todo el exceso de almidón antes de cocinarlo.
Después, ponemos la misma cantidad de agua que de arroz, lo llevamos a fuego fuerte hasta que rompa hervor. Bajamos el fuego y lo dejamos cocinar hasta que el agua se haya evaporado por completo. En este punto, el arroz ya está listo para transformarse en sushi.
🍣 Ahora sí, ¡a divertirse!
Acá viene la parte buena: las combinaciones.
Si queremos hacer sushi rápido y práctico, podemos usar moldes. Cubeteras, maples de huevo reciclados, cualquier cosa que ayude a dar forma. Cubrimos con film, y luego dejamos volar la imaginación:
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🐟 Salmon lovers: Molde, film, hoja de salmón. Hundimos un poquito con el dedo, agregamos queso crema, palta en trocitos, cubrimos con arroz y cerramos con un cuadradito de alga.
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🍤 Versión camarón: Molde, film, un camarón, queso crema, arroz y pedacito de alga.
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🧀 Mix semillas: Una bochita de atún con queso crema, arroz y alga, terminando con semillas de sésamo.
Y así, todo lo que tu imaginación quiera crear.
🥢 La receta tradicional
Si preferimos hacer sushi de la manera clásica, sacamos la esterilla.
Arroz, salmón, queso crema, kanikama y palta. Lo armamos como un pionono y lo envolvemos. La idea es que, al cortar, salgan rollitos bien formados.
Porque sí, todos asocian el sushi con un pionono, y no están equivocados.